Ni la discapacidad se adquiere ni la dependencia se combate

Francisco Olavarría Ramos
2 min readDec 5, 2022

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Quisiera creer que cuando me sobrevenga una discapacidad estaré a la altura de todo lo que he admirado de personas que con gran aceptación viven su nueva condición. Espero que de todo lo leído, estudiado y escuchado me permita tener los recursos para no hundirme y no contagiar de pesimismo a mi entorno de afectos y cuidados.

Mientras empezaba a escribir esta reflexión me venía a la mente, la experiencia de Morrie Schwartz, protagonista del gran libro ‘Martes con mi viejo profesor’ que escribió Mitch Albom en 1997 y que no pretendo desvelar en este momento. Si aún no lo has leído te lo recomiendo ya que han sido millones de ejemplares vendidos y traducciones a muchos idiomas señales suficientes para bien considerarlo una lectura en estos sugerentes días de otoño. Sólo os diré que el viejo profesor es un magnífico referente para ser deseada su experiencia de la discapacidad y la enfermedad.

En otros foros he recomendado a personas con rechazo al envejecimiento o hacia las personas mayores, que abran su mente y se dejen contagiar de vidas vitales que no responden al cliché negativo de la vejez. Así lo he hecho yo, porque prevenir — en materia de salud — antes de curar es también saber elegir los espejos, los testimonios y las compañías.

E igual que dice otro viejo profesor, el Papa Francisco, como cuando habla de los Santos, los santos de la «puerta de al lado», yo aporto como en muchas ocasiones, a las personas con alguna condición de discapacidad son influencers sin postureo, que a veces llevan muletas, gafas de ver o van en silla de ruedas pero sobre todo son grandes ejemplos. Y esto, es la gran revolución del mensaje cristianó. Sencillo, oportuno y sentido.

Por último, me gustaría terminar con un mensaje reivindicativo y sencillo de entender, además de aplicar, en este día de hoy dedicado a discapacidad. Ni la discapacidad se adquiere ni la dependencia se combate. Invito a revisar el lenguaje y a hacerse cargo de la vida, y el verbo conjugado exclusivamente en presente. No incluirles es un exterminio.

No escucharles un desaprovecho. Servirles, nuestra obligación como sociedad evolucionada y agradecida.

Francisco Olavarría

Profesional de la Comunicación con experiencia en entidades sociales y empresas relacionadas con las personas mayores y/o con discapacidad

Publicado por Prensa Social

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Francisco Olavarría Ramos

Licenciado en Marketing y Comunicación. Emprendedor social con formación en gerontología y discapacidad. Autor del manual didáctico ‘El micro-edadismo’