Microedadismo, macroviolencias

Francisco Olavarría Ramos
3 min readMay 3, 2021

Si crees que tu edad es un obstáculo, tienes un serio problema, pero no te alarmes, porque tiene una sencilla solución. Imagina que te operan de cataratas y aquello que era difuso y gris, pasas a verlo con mayor definición y gama cromática. Así podrías sentirte aliviado y con esperanza, tras la lectura de este breve texto.

Sinónimos de rechazo son: rehuir, negar, repudiar, apartar, alejar, expulsar, echar, repeler, resistir, censurar, y todo ello lo hacemos respecto al envejecimiento y el dato que lo evidencia, la edad. Esto, que a priori lo podemos entender como actos naturales, sin importancia, lo hemos aprendido desde bien pequeños.

Te pondré varios ejemplos. En España, y quizá también en tu país, existe (o existía) en torno al cumpleaños una costumbre que penaliza, de manera sutil, lo que sólo debería ser solamente una celebración alegre y pacífica. Me refiero a la tradición de tirar de las orejas, con tantas veces como años cumples. Parece que su origen, era una medida mágica para desear a la persona que cumplía esos años una larga vida llena de sabiduría. Estirando de sus lóbulos se creía que nos volveríamos personas más sabias. Más allá de esta anécdota, los niños y niñas, hemos sufrido hasta el llanto por ese gesto de familiares, amistades y compañeros; vengándose los unos a los otros, por ese mal rato en las sucesivas celebraciones. Según esto, ¿quién querría cumplir años si lo que te esperaba era dolor? Burlas y humillación, eran también parte de la ceremonia.

El castigo asociado a ese dato de la edad, ha hecho que también, sea objeto también de mentiras y tabúes. Lo demuestra la siguiente frase, común en nuestro país. “¿Cuántos palos te han caido?”, se pregunta al “homenajeado” con toda la carga negativa que a los años se refiere. Cuanto tengo ocasión, combato lo anterior y tantas otras violencias, porque nuestra salud, trabajo, economía y autoestima están en juego. Los años no son golpes ni números vergonzantes o casilleros.

El edadismo, la discriminación por edad la podemos seguir ocultando o minimizando, pero estos gestos pequeños, son un obstáculo para una vida libre y autónoma. Poco a poco, somos más conscientes de este sistema, semejante al patriarcado, que nos ha hecho creer que la vejez es el rincón del castigo sin ser consciente de que estos prejuicios son la tercera discriminación más frecuente por detras del sexismo y el racismo, como así lo ha definido la Organización Mundial de la Salud, y que además integra todas para mayores desgracias de las mujeres o de aquellas personas racializadas u otros colectivos supuestamente minoritarios.

Los cumpleaños no celebran los años gastados, sino aquellos invertidos y todas las oportunidades futuras. Tengamos cuidado con el lenguaje y los juegos de palabras para que no te quieran como a Agatha Christie cuando con humor británico decía: “Cásate con un arqueólogo, cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará”. Las mujeres no son una antigüedad, fósil o una momia. Eso sí, algún día, en un futuro lejano, el edadismo, en todas sus formas, será el vestigio de cómo pensamos (y cómo actuamos hoy).

Por si te hubiera sabido a poco, en otra ocasión, te daré más argumentos para combatir con esta lacra de violencias, tan gigantes como las pirámides mayas.

Francisco Olavarría, licenciado en comunicación con formación en discapacidad y personas mayores

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Francisco Olavarría Ramos

Licenciado en Marketing y Comunicación. Emprendedor social con formación en gerontología y discapacidad. Autor del manual didáctico ‘El micro-edadismo’