Si no entiendes las cosas de los jóvenes, sus gustos, preocupaciones, relaciones, “caprichos”, sus lenguajes y los ‘memes’ que tanta gracia les hacen, estás de enhorabuena. Ya tienes una excusa para no seguir con la criticadera y aprender de otras formas de entender y relacionarse. Puedes planteártelo como el propósito…